Page 7 - PRUEBAS DE DOMINIO LECTOR
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El SIMCE aplicado el año 2022, a su vez, arroja una baja de 4 puntos
en lectura en 4° básico y de 6 puntos en II° Medio respecto de la
medición de 2018. La pandemia tuvo un impacto aumentando brechas y
generando rezagos. En Chile, en un año normal sin pandemia se estima
que solo el 60% de los estudiantes que pasa a 2° básico sabe leer y
escribir correctamente. Un escenario que no mejora hasta 4° año básico
y que se agudizó dado el contexto sanitario (Mineduc, 2020). Debido
al cierre de las escuelas producto del COVID-19, el número de niños/
as con dificultades para leer aumentó en cien millones a nivel mundial
(UNESCO, 2021).
La UNESCO se ha referido a este efecto en la educación como una
“catástrofe generacional” que duraría décadas con un impacto negativo
en el desarrollo mundial.
En Chile, la interrupción de las actividades en las escuelas a partir de la
pandemia tuvo impacto en distintas dimensiones de la escolaridad. En
términos generales, la pérdida de aprendizajes esperados presentaría un
retroceso de 1,3 años, es decir, un estudiante de 2do año básico puede
no haber adquirido aprendizajes de 1° básico e incluso algunos de Kínder
(Mineduc, 2020).
De acuerdo con Canales et al. (2022), un 82% de los directores de
establecimientos educacionales percibieron que los niveles de lectura y
lenguaje de los estudiantes estaban peores en 2022 que en el 2019, siendo
los más afectados los alumnos de los primeros niveles del ciclo escolar.
Este contexto de rezago nos llama a la acción con un nuevo sentido de
urgencia. Por eso es de vital importancia conocer el nivel de lectura con
que llegan los estudiantes al inicio del año, para armar planes de apoyo,
y monitorear los avances a mitad de año para hacer ajustes y cautelar el
cumplimiento de metas de fin de año.
La lectura es una destreza básica y su aprendizaje constituye, sin duda,
una de las tareas más importantes de la escuela. Es un elemento vital en
todos los sectores de aprendizaje, llegando a ser una destreza esencial en
el desarrollo escolar, laboral y personal. La lectura favorece la apertura
al cambio, la imaginación y la creatividad, activa los procesos mentales,
orienta hacia el futuro, estimula la flexibilidad del pensamiento, el
desarrollo del lenguaje y la ortografía. Por esto, evaluar cómo se está
dando su aprendizaje en diversos momentos de la escolaridad, resulta
fundamental para diseñar, en forma oportuna, estrategias remediales.
La lectura no es un proceso que se adquiere como un todo. Es un proceso
que se adquiere gradualmente desde los primeros años y en la enseñanza
preescolar y básica. Su aprendizaje se relaciona con la capacidad de
dominar progresivamente textos cada vez más complejos, captando su
significado.
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